viernes

Las voces de nuestra adolescencia eran sabias para poder gritarnos a través de la distancia y que las escucháramos cuando perdiéramos el rumbo. Niñas gritando en la antigüedad, obligándonos a ser valientes y dejarnos caer ...volar... Porque la vida se nos va... se nos va... como el agua entre los dedos, incapaces de asirla. ¿A qué aferrarte, si la vida no se aferra a tí? Déjate caer, déjate caer, vuela raudo hacia la libertad. Donde el viento, la altura y el frío nos envuelvan como un relámpago, hagamos magia!

jueves

Ser uno mismo, en cualquier ocasión, es lo único que puede conducirnos a llegar al lugar que queremos. Si mentimos todo el tiempo, nos alejaremos del camino hacia el de otras personas, otras lejanos y diferentes a nosotros.

domingo

La complicidad sucede cuando dos personas se dejan ser como son y no tienen que corregirse a sí mismos para agradar al otro. Solo en ese momento surge la confianza para ser cómplices. Si yo he cambiado, y al dejarme ser como soy no gano la confianza de mis amigos, ni ellos la mía, no tengo manera de mantenerlos a mi lado y obligarlos a mi intimidad.

jueves

Dos razones para el viaje:
Saber qué pasa, finalmente, cuando estamos bajo presión.
Desaparecer por fin nuestra falta de confianza, el agobio por lo abstracto de problemas que no tenemos.
Lo que queremos realmente, como somos realmente.

La inestabilidad.
Solo me tomaré un par de minutos para decir aquí... tal vez pienso que lo que estoy haciendo, para utilizar una metáfora de un viejo amigo (que evita las metáforas), es quedándome limpia y brillante como una cacerola de aluminio. Creo que lo que me gusta de esa metáfora, es su simplicidad fundamental, su materialismo.
La contradicción forma parte de mis sensaciones. No puedo ser la misma, de la misma manera en que no puedo imaginar mi vida de aquí a dos años.

Vagar, vagar por ahí sin rumbo, y sin que nadie se interponga y te distraiga.