lunes

Renuncio a la teoría. Renuncio desde el mismo momento en que admito que mi memoria es incapaz de sostener palabras ajenas. Ya he pensado tanto, y me he quedado quieta tanto tiempo por pensar que he tomado la resolución del acto. Moverme me dará la certeza de hablar de mis propios pasos, generarme mis propias heridas y estar segura, cuando menos, de que mis errores son míos, que no los leí en ninguna enciclopedia. Si alguien quiere una justificación de mi práctica, que funde una universidad.

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