Para la serie PREGUNTAS QUE NADIE SE HACE

Que todo el que quiere estudiar puede y lo hace. Pues yo digo que no. Yo, que quise, pude y lo hice. Porque no todos los que quieren estudiar pueden. Porque no para todos es más fácil que para mí, ni siquiera igual. Es verdad que hay muchos que luchan desde abajo y se abren camino a pecho propio, pero su voluntad es grande. Si a mí me tocó fácil y a él difícil, ¿cómo puedo hablar de igualdad? ¿Cuánta voluntad tendría yo si el camino que tuviera que recorrer fuera diez veces más largo?, ¿lo caminaría igual?, ¿con la misma energía? Si mi carga fuera más pesada, ¿podría soportarla? ¿Y podrían otros, esos que no son yo?

Borrador sobre los sueños

A veces me pregunto, los días en los que veo realizados en otros los que alguna vez fueron mis ya olvidados sueños, si no será que esta gente llega a mi vida a decirme que a la larga esos sueños tampoco eran lo que yo me imaginaba de ellos. Porque los sueños siempre se miran desde el lado raro, en el que no se ve "todo lo demás". Y cuando descubres todo lo demás, resulta que tu sueño es sólo un camino más. Ni mejor ni peor que cualquier otro, con la diferencia de que te apasiona más. Luego están los otros caminos, que a la larga vienen a ser lo mismo. Y pasa que un día simplemente descubres que no puedes ser dueño de tus propias decisiones y que el mundo que pensabas cambiar ya está harto de mesías y sordo de prédicas. Y es que los sueños suelen implicar un montón de cosas de las que no te quieres hacer cargo. El tipo de cosas que diferencian lo que llamamos "sueño" de "realidad" (y conste que hay quienes tienen buenas razones para no oponerlos como si fueran dos cosas opuestas, yo incluida).
Pensar en el futuro. Y es que la pregunta no es ¿cuál va a ser mi futuro?, sino ¿cuál debería ser mi futuro? Porque el futuro está lleno de expectativas, la mayoría de ellas ajenas y erradas.

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Futuro es un espectro sentado en un sillón desde el otro lado del espejo, el que existe aunque no podamos atravesar el cristal.

Preguntas inteligentes

El pasado 20 de abril se celebró en Vancouver el 420, un día en el año en el que los canadienses celebran el Día Cannabis, alrededor de la cultura de la marihuana. Es una celebración por la libertad de elección, en la que se reúnen personas de todos los grupos sociales, de todas las edades... gente de todo tipo reunida pacíficamente, disfrutando del simple hecho de estar allí. 
Ya sea que los lectores simpaticen o no con la marihuana, sea éste un cuestionamiento a la demonización de una planta que es mucho más inofensiva que el alcohol y el tabaco legales.
Les dejo un video que un visitante grabó en el transcurso de la jornada. Mientras lo mira, pregúntese: ¿cómo sería un evento similar con el alcohol como excusa? Las demás preguntas se las dejo a ustedes.

El video está colgado en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=0ImxPj4XVCU 

Cuando ingresé a la entrada de Wikipedia para Dào Dé Jing, pasado un rato, comencé a escuchar un bucle de grabaciones que comenzó a reproducirse automáticamente con una retahíla de máximas de filosofía taoísta, recitadas por la voz mecánica de un generador informático. una detrás de otra, sin hacer una pausa entre una frase y otra. Pasados unos segundos, es imposible capturar el sentido de lo que estás escuchando y las máximas pierden todo su significado. 

Un maestro zen habría dicho: "¡Eso es!".