martes

Confiar, sobre todo eso. Confiar en que puedo, en que soy capaz, en que no me voy a caer. Pienso por ejemplo en que el secreto de caminar por la cuerda floja es no pensar en que te puedes caer. Caminar como sobre una línea en el suelo. Confiar.
La magia existe sólo si crees en ella. Si quieres magia, la condición es creer. Por absurdo que suene, es la manera en que funciona. Y quizás ello sea porque es nuestra imaginación la que le da materia a la magia, posibilidad de estar. No hay actos mágicos que no tengan en mí su semilla.
Pero para confiar hay que hacerlo, precisamente: confiar. Y a veces me pregunto cómo.

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