viernes
Las voces de nuestra adolescencia eran sabias para poder gritarnos a través de la distancia y que las escucháramos cuando perdiéramos el rumbo. Niñas gritando en la antigüedad, obligándonos a ser valientes y dejarnos caer ...volar... Porque la vida se nos va... se nos va... como el agua entre los dedos, incapaces de asirla. ¿A qué aferrarte, si la vida no se aferra a tí? Déjate caer, déjate caer, vuela raudo hacia la libertad. Donde el viento, la altura y el frío nos envuelvan como un relámpago, hagamos magia!
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